Hay dos desórdenes psiquiátricos y psicológicos de la alimentación: la anorexia y la bulimia. Ambos desórdenes están en aumento. El comer demás, los malos hábitos de nutrición y el famosos “fast food” (comidas rápidas) son problemas habituales entre los niños y los jóvenes en este momento. 

En Estados Unidos el 10 % de las mujeres jóvenes sufren de un desorden de la alimentación. Tanto la anorexia como la bulimia también se dan en los varones, pero es menos frecuente. 

Los padres necesitan saber cómo detectar los síntomas de la anorexia y de la bulimia, lo cual  no es una tarea sencilla pero el estar atento es muy importante. Cuando los niños o los jóvenes empiezan a preocuparse por la comida, dejan o cambian sus hábitos de alimentación, beben más agua de lo normal, van al baño más veces de lo habitual, visten ropas muy holgadas prescindiendo de la moda y tienen una distorsión de la imagen corporal, se ven gordos aun teniendo el peso normal, por ejemplo, estos serían algunos de los puntos a tener en cuenta para empezar a pensar en que algo está pasando. Desafortunadamente muchas adolescentes esconden a su familia y amigos estos problemas serios y a veces fatales.

Síntomas de la anorexia nerviosa

Algunos de los siguientes síntomas como el rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla, miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal, alteración de la percepción del peso o la silueta corporal, exageración de su importancia o negación del peligro que significa el bajo peso, en las jóvenes pospuberales la ausencia de la menstruación al menos tres ciclos consecutivos, debe alertar a los padres. Existen diferentes tipos de anorexia: tipo restrictivo en el cual durante el episodio de anorexia el niño o el joven no tiene atracones o a purgas (p. ej., provocación del vómito o uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas) o el tipo compulsivo/purgativo que son los que durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo apela a comilonas (binge) o purgas (p. ej., se provocan el vómito o usan laxantes, diuréticos o enemas). 

El psiquiatra de niños y adolescentes está entrenado para evaluar, diagnosticar y dar tratamiento para estos desórdenes psiquiátricos. El tratamiento para los desórdenes de la alimentación en general requiere de un equipo médico que incluye terapia individual, terapia de familia, trabajo con el médico general, trabajo con un nutricionista, consulta odontológica, concurrencia a un centro de día y tratamiento psicofarmacológico. Las jóvenes necesitarán una consulta ginecológica y endocrinológica puesto que en la Anorexia Nerviosa suele suprimirse la menstruación con el riesgo de esterilidad posterior.

Las investigaciones demuestran que la identificación y el tratamiento a tiempo tienen resultados favorables. Los padres que noten estos síntomas en sus hijos deben pedirle al médico de familia o al pediatra que los derive a un psiquiatra de niños y adolescentes.

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